Migrantes: el mural que honra la llegada de quienes hicieron barrio
Un homenaje al movimiento y al arraigo
En el lateral de la Avenida de Burgos, 2, justo en la esquina con la calle Fernán González, se encuentra uno de los murales más emotivos del recorrido artístico de Santa Catalina: Migrantes.
Obra del artista arandino Nano (Fernando Arribas Lázaro), fue pintado en el año 2019 como recuerdo y reconocimiento a un fenómeno social que marcó profundamente al barrio: la llegada masiva de familias migrantes durante los años 50 y 60 del siglo XX.
Un barrio construido por quienes llegaron de fuera
Santa Catalina, tal y como lo conocemos hoy, no existiría sin aquellas personas que, en busca de un futuro mejor, dejaron atrás sus pueblos natales para echar raíces en Aranda. Muchas de ellas vinieron de Segovia, trayendo consigo sus oficios, sus costumbres, sus ganas de trabajar… y de empezar de nuevo.
Entre esos migrantes destaca la figura de Gerardo de la Calle, empresario visionario que también se estableció aquí y dejó huella en el tejido económico y social de la ciudad.
El viaje en la piel
El mural no representa una escena literal, sino una atmósfera emocional. Es un retrato simbólico del viaje, del desarraigo y de la esperanza. A través de los personajes y los objetos que los rodean, se transmite la sensación de tránsito, pero también de llegada, de inicio.
Cada figura parece avanzar con dignidad y determinación. No hay dramatismo, pero sí profundidad. Es un mural que mira al pasado, pero desde el presente agradecido de quienes heredaron ese esfuerzo.
Estilo y técnica
- Nano emplea un estilo narrativo y casi poético, lleno de símbolos que invitan a la interpretación.
- Los colores suaves y terrosos aportan un tono nostálgico pero cálido, muy en línea con la historia que quiere contar.
- Las figuras humanas, con pocas palabras, dicen mucho: representan tanto la marcha como la bienvenida.
Curiosidades
- Muchos vecinos que llegaron en esa época reconocen la historia de su familia en este mural. Para algunos, incluso, es un punto de parada emocional cuando caminan por la zona.
- El mural ha sido utilizado en varias ocasiones en actos vecinales y escolares para hablar de identidad, integración y memoria colectiva.
- En sus detalles pueden verse maletas, caminos, y miradas que resumen lo que es migrar: dejar atrás algo sin renunciar a ser uno mismo.
Un mural con memoria viva
Migrantes no es solo un mural: es un acto de justicia emocional con quienes ayudaron a levantar el barrio desde cero, aportando su esfuerzo, su cultura y sus sueños.
En tiempos donde se habla tanto de fronteras, esta obra nos recuerda que la historia de Santa Catalina es también una historia de acogida. Y que gracias a esas migraciones, hoy tenemos un barrio lleno de vida, diversidad y futuro.
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