Santa Catalina: la patrona del barrio convertida en arte urbano
Una santa entre murales
En el cruce entre la Avenida de Burgos, 8 y la calle Pizarro, se alza uno de los murales más simbólicos del barrio: Santa Catalina. Realizado en el año 2017 por el artista arandino Nano (Fernando Arribas Lázaro), esta obra combina historia, identidad local y una buena dosis de creatividad.
No se trata de una representación clásica. Aquí, la patrona del barrio cobra vida a través de una mirada moderna, en una mezcla entre lo religioso, lo cultural y lo cotidiano que no deja indiferente.
La reinterpretación de Nano
Nano vuelve a dejarnos su sello personal en esta obra, donde convierte un símbolo religioso en una figura contemporánea cargada de significado. Santa Catalina, virgen y mártir, aparece representada con sus atributos tradicionales:
- La espada, con la que fue decapitada.
- La rueda, símbolo de su martirio.
Pero en lugar de situarla en un contexto sagrado, el mural la integra en el entorno del barrio como motor simbólico de su vida diaria.
Comerciantes que giran alrededor
Una de las ideas más originales del mural es la representación de los comerciantes del barrio, que aparecen convertidos en animales antropomórficos, girando alrededor de la santa. Esta escena no es casual: representa cómo el comercio y las pequeñas tiendas dan vida y movimiento al barrio de Santa Catalina.
La santa, serena y poderosa, se sitúa en el centro como figura protectora, mientras todo a su alrededor fluye gracias a la actividad diaria de sus vecinos.
Estilo y técnica
- El mural combina el estilo narrativo y simbólico de Nano, con trazos modernos y composiciones muy pensadas.
- El uso del color, la disposición de los personajes y el equilibrio entre lo real y lo fantástico hacen que la obra sea tanto contemplativa como provocadora.
- Es una mezcla entre lo divino y lo cotidiano, entre el respeto a la tradición y la frescura de la reinterpretación artística.
Curiosidades
- Es uno de los murales más representativos del barrio de Santa Catalina, no solo por su temática, sino porque conecta directamente con la identidad colectiva del vecindario.
- El uso de animales para representar a los comerciantes genera un juego visual curioso: muchos vecinos intentan adivinar si alguno representa a una tienda o persona concreta.
- Fue uno de los murales que ayudaron a consolidar la ruta artística del barrio, hoy un atractivo turístico más de Aranda.
Una patrona muy presente
Santa Catalina no solo da nombre al barrio: vive en sus calles, en sus fiestas… y ahora también en sus muros. Este mural es un homenaje a su figura, pero también a todo lo que representa: tradición, protección, comunidad y movimiento.
Un ejemplo perfecto de cómo el arte puede conectar la historia religiosa con la vida cotidiana de un barrio que sigue muy vivo.
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