El Lagar de Isilla: tradición, lechazo y vino bajo tierra
Un clásico imprescindible en el corazón de Aranda
Hablar del Lagar de Isilla es hablar de Aranda. Situado a un paso de la iglesia de Santa María, es uno de esos lugares donde se respira historia, se come tradición y se brinda con vino de verdad.
Un restaurante que combina lo mejor de la cocina típica de la Ribera con el encanto de una bodega subterránea del siglo XV reconvertida en museo. Comer aquí no es solo sentarse a la mesa: es vivir una experiencia completa.
Lechazo, morcilla y sabor a Ribera
Su especialidad es, como no podía ser de otra forma, el lechazo asado en horno de leña, cocinado con tiempo y sin prisas, como manda la tradición. Acompañado de una buena copa de vino de su propia bodega, es un bocado que no se olvida.
Pero también encontrarás morcilla de Aranda, pinchos variados, platos de cuchara y carnes típicas, todo con ese toque auténtico que solo se consigue con producto local y cariño en la cocina.
Un museo bajo tus pies
Lo que hace aún más especial al Lagar es su bodega subterránea, excavada en roca caliza y habilitada como museo del vino. Una visita que puedes hacer antes o después de comer, y que te transporta al pasado vinícola de la ciudad.
Historia, temperatura constante y barricas silenciosas acompañan un recorrido lleno de encanto que completa una experiencia gastronómica redonda.
Detalles y curiosidades
- Restaurante emblemático situado junto a la Iglesia de Santa María.
- Especialidades: lechazo asado, morcilla, pinchos y cocina típica castellana.
- Bodega subterránea del siglo XV reconvertida en museo del vino.
- El vino de la casa se elabora en su bodega propia en La Vid.
- Ambiente tradicional, elegante y muy acogedor.
Un templo de la gastronomía ribereña
El Lagar de Isilla no es solo un restaurante, es parte del alma de Aranda. Un lugar donde el lechazo sabe a domingo, el vino a historia y el comedor a celebración.
Si solo pudieras elegir un sitio para entender la cultura gastronómica de la Ribera del Duero… sería este.
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