La Casa de los Fantasmas: historia, leyenda y patrimonio bajo los soportales de Aranda
Un rincón histórico en la Plaza del Trigo
En pleno centro de Aranda de Duero, en la emblemática Plaza del Trigo, se encuentra un edificio de gran peso visual y cultural, conocido popularmente como Casa de los Fantasmas. Hoy acoge oficinas de servicios municipales, pero su nombre guarda el eco de leyendas urbanas que han acompañado la villa durante décadas.
La plaza, antiguamente dedicada a la venta de cereales y pan, fue definida formalmente en 1432 como parte de la ampliación del recinto amurallado para acoger mercados. Desde entonces, la Casa ha sido un testigo privilegiado de los cambios del casco antiguo.
Arquitectura que habla del pasado
El elemento más destacable del edificio son sus soportales, típicos de la arquitectura castellana. Estos soportales —junto a su estructura de madera, balcones y arcos— recrean cómo eran las calles comerciales de Aranda hace siglos . Servían de refugio para peatones y comerciantes en días de viento o lluvia.
¿Y los fantasmas?
Aunque no hay evidencias confirmadas de fenómenos paranormales, la tradición popular atribuye al edificio:
- Ruidos inexplicables.
- Luces encendidas cuando no hay nadie.
- La sensación de presencias invisibles entre sus muros.
La propia aparición de apariciones forma parte del encanto, alimentando rutas de leyenda y misterio en Aranda.
Uso y transformación reciente
En 2018, el Ayuntamiento anunció que la Casa sería sede de un “espacio de inteligencia colectiva”, con destino a actividades sociales y creativas bajo el nombre Espacio Sub Terráneo.
Curiosidades
- No es el nombre oficial: “Casa de los Fantasmas” proviene de las historias orales entre vecinos.
- Su ubicación en una de las ocho plazas originales la convierte en un punto clave para comprender la evolución urbana medieval de la villa .
- Ha sido protagonista de varias rutas nocturnas de misterio, especialmente en eventos culturales locales.
Un edificio que combina mito y memoria
La Casa de los Fantasmas no es solo un edificio viejo: es un lugar donde convergen la arquitectura, la historia y la leyenda popular. Bajarse a sus soportales es sentir, en cada piedra y madera, el latido de una villa que ha sabido vivir del trigo, el vino… y de un toque de misterio.
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