Iglesia de Santa María la Real

Iglesia de Santa María de Aranda de Duero: una joya gótica en pleno corazón de la villa

Un poco de historia

La Iglesia de Santa María la Real es uno de los monumentos más representativos de Aranda de Duero. Su construcción comenzó en el siglo XIV, impulsada por el crecimiento de la villa y la necesidad de un templo acorde con su importancia. Fue mandada edificar sobre una iglesia anterior por el rey Enrique IV de Castilla, y su construcción se extendió hasta el siglo XVI, por lo que en su estructura se pueden apreciar diferentes influencias arquitectónicas.

A lo largo de los siglos, ha sido testigo de múltiples acontecimientos históricos y ha pasado por diversas restauraciones para conservar su esplendor original.

Una portada de cuento

Si hay algo que deja boquiabiertos a quienes pasan por su puerta es su portada gótica, comparable a las de muchas catedrales. Se trata de una obra maestra de la escultura del siglo XV, atribuida al taller de Simón de Colonia, un reconocido arquitecto y escultor de la época.

La portada es todo un relato tallado en piedra, donde se representa la historia del nacimiento de Jesús con los Reyes Magos como protagonistas. Sus expresiones, los pliegues de sus vestimentas y la composición en conjunto muestran un nivel de detalle excepcional, haciendo de esta entrada una de las más impresionantes de la región.

Estilo arquitectónico

La iglesia es un claro exponente del gótico tardío, aunque en su interior también se pueden encontrar elementos renacentistas debido a las ampliaciones y reformas realizadas en siglos posteriores.

Entre sus elementos más destacados se encuentran:

• El retablo mayor, una joya del arte religioso.

• Las bóvedas estrelladas, típicas del gótico.

• La torre campanario, robusta y majestuosa, que domina el perfil urbano de Aranda.

Curiosidades que quizá no sabías

• En su interior se encuentra una impresionante pila bautismal del siglo XVI, considerada una de las más bellas de Castilla y León.

• En tiempos medievales, la iglesia no solo era un lugar de culto, sino también un símbolo de poder y prestigio para la villa.

• La portada ha sobrevivido al paso del tiempo sin perder su esencia, aunque ha requerido trabajos de conservación para evitar su deterioro.

• Su construcción se extendió durante varios reinados, lo que explica la combinación de estilos en algunos de sus elementos.

Una visita imprescindible

Si estás en Aranda de Duero, la Iglesia de Santa María la Real es una parada obligatoria. No solo por su espectacular arquitectura, sino por la historia que guarda entre sus muros. Una joya que sigue siendo parte fundamental del alma de la villa y que merece ser contemplada con calma.